Las organizaciones de la sociedad civil se encuentran ante un reto mayúsculo en México: generar fondos sin apoyo del gobierno federal.
5 DE OCTUBRE DE 2019
De acuerdo a una (muy buena) publicación realizada por la OSC Alternativas y Capacidades A.C., en México existen 41,782 organizaciones de la sociedad civil registradas en INDESOL y/o el SAT (sin contar las miles que sólo cuentan con estatutos), de las cuáles únicamente el 22.6% cuentan con autorización donataria, es decir, menos de 10 mil organizaciones están habilitadas para recibir donaciones.
De acuerdo al INDESOL (último registro de 2015), en promedio sólo el 15% de las organizaciones que cuentan con autorización donataria han recibido donaciones por parte del sector privado para llevar a cabo sus proyectos y programas sociales, lo que representa un bajo índice de donaciones del sector privado.
En México la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil no cuenta con programas generadores de recursos para sus proyectos, gran parte de las personas que tienen una OSC utilizan recursos propios para sus programas y proyectos, sumando a esto que los recursos públicos en sexenios anteriores no brindaban los mismos de forma equitativa, logramos vislumbrar la dificultad para financiar proyectos.
No suficiente con este panorama, la nueva administración pública federal decidió a inicio del ejercicio fiscal 2019 eliminar los pocos recursos que existían para las OSC, así como dejar fuera del paquete económico 2020 a todas las organizaciones.
¿Qué deben hacer las OSC?
Por muchos años se ha creído que las OSC debían ocuparse de programas y proyectos meramente asistencialistas, sin embargo, con los años (desde 2015) ha existido un afortunado crecimiento y diversificación innovadora de actividades que les permite generar ingresos para posteriormente financiar sus programas asistenciales, ¿cómo cuáles?: capacitación, eventos deportivos, conciertos, puestas en escena, jornadas con cuotas de recuperación, boteo, rifas, venta de servicios o productos, campañas digitales de procuración de fondos, etc.
Las organizaciones deben diseñar planes estratégicos de procuración de fondos que les permita actualizarse y adaptarse al desarrollo digital en el país, cambiando los tradicionales sistemas de procuración por esquemas innovadores y claro, reforzados con las miles de herramientas , programas y plataformas digitales.
¿Funciona?
Por supuesto que funciona, existen organizaciones que llegan a generar más ingresos que una MyPIME, utilizando los fondos para financiar sus proyectos sociales, y por supuesto, logrando mayor impacto en sus comunidades, municipios o entidades federativas, convirtiéndose en una entidad que trabaja con base en el "Emprendimiento Social".
¿Qué es el Emprendimiento Social?
El Emprendimiento Social hace referencia a una entidad cuya prioridad es satisfacer las necesidades de la sociedad y su entorno a través de proyectos, productos o servicios que solucionan o atienden estas necesidades sociales (contaminación, alimentación, desempleo, enfermedades, etc.), generando ingresos suficientes que les permita financiar proyectos sociales de carácter asistencial.
Evidentemente la organización que apuesta por el emprendimiento social necesita obtener beneficios para subsistir, la principal diferencia respecto a una empresa es que no quiere obtener beneficios por encima de todo, sino generar recursos para llevar a cabo sus proyectos y programas sociales.
¿Cómo puedo empezar?
El primer paso para pasar de un sistema tradicional a una organización enfocada en el emprendimiento social, es la aplicación de una reingeniería de procesos y actualización de la Planeacion Institucional de nuestra organización, para introducir un esquema innovador y generador de recursos propios.
Mi recomendación es buscar un curso relacionado con el tema, presencial, en línea, gratuito o con algún costo, no importa cómo, pero debes capacitarte para lograr actualizar la forma en que concibes tu propia organización. CONACIM cuenta con difrentes cursos online que son impartidos en nuestra Plataforma E-Learning, si quieres actualizarte y mejorar la forma de trabajo de tu organización, conoce los próximos cursos dando clic aquí desde tu celular.
Desde los comienzos de las OSC, siempre se han caracterizado por ser agentes de cambio en diferentes ámbitos: cultural, deporte, salud, economía, etc, de acuerdo a cifras del INEGI, tan sólo en 2016 las OSC generaron el 3% del PIB (Producto Interno Bruto) total del país, representando en cifras: 559 mil 490 millones de pesos. ¿Es poco?
Por supuesto que no es poco, las OSC atienden a los sectores en estado de vulnerabilidad a través de programas asistencialistas, generan empleos, diseñan soluciones a los problemas sociales que ni el propio Estado puede atender o resolver, entonces, ¿Por qué la mayoría no logra operar más de 5 meses consecutivos? si, por la falta de estrategias que les permita dejar su dependencia por los recursos privados (donaciones) o públicos (municipales o estatales).
El reto de las OSC en México, es crear estrategias innovadoras, apegadas a las actualizaciones y desarrollo tecnológico, abandonando los sistemas tradicionales de procuración y abriendo las puertas a proyectos dirigidos al emprendimiento social.
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